Un encapuchado devuelve un bote de gas a la Policía en las calles de Baltimore. REUTERS
Actualizado: 29/04/2015 06:33 horas
A las 9.00 de la noche, una hora antes de que se hiciese efectivo el primer toque de queda en Baltimore (Maryland) tras los incidentes del lunes que se saldaron con 200 detenidos, 144 vehículos incendiados y 20 agentes heridos, la policía comenzó a pedir a la gente que comenzase a salir de las calles. El capitán de policía Erick Kovalcyzk explicaba a los medios que en „las últimas horas no se había producido arrestos” y destacaba que había un cambio de „tono” entre los manifestantes.
A lo largo de la jornada, los vecinos de Baltimore se afanaron en borrar las huellas de los disturbios echándose a la calle a limpiar, a protestar pacíficamente y pedir justicia para Freddy Gray -el joven afroamericano que murió, tras los daños causados en la espina dorsal mientras estaba bajo custodia policial-, a reunirse para buscar soluciones a la precaria situación que viven algunos jóvenes de la ciudad…
Todo se produjo de manera pacífica. Sin embargo, cuando el reloj marcó las 10.00 -hora local-, decenas de personas ignoraron el toque de queda y permanecieron en las calles en diferentes puntos de la ciudad. No había pasado media hora y se produjo el primer choque entre manifestantes y agentes. „El grupo de la Avenida Norte con Avenida Pensilvania sigue siendo agresivo. Están lanzando objetos a los oficiales”, señalaba la policía en las redes sociales, antes de informar de que los agentes habían lanzado gas pimienta a esa „multitud”.
La intensidad de este choque fue más baja que la de la primera noche. Tanto que el jefe de policía Anthony Batts compareció antes de la medianoche y aseguró que el „toque de queda estaba funcionando. Los ciudadanos están seguros y la comunidad está estable”. También señaló que apenas se habían producido incidentes. Una decena de personas habían sido detenidas por incumplir la orden dictada por la alcaldesa .
Como hizo horas antes durante la rueda de prensa junto a la alcaldesa, Batts quiso enfatizar el comportamiento de la población de Baltimore, mayoritariamente pacífica, y que se había congregado antes del toque de queda para mostrar su amor por la ciudad y la unidad de la comunidad.
Las llamadas de atención para que la gente evitase la violencia vino desde varios frentes. El exjugador de los Baltimore Ravens, Ray Lewis, colgó un vídeo en su perfil de Facebook recordando que „no hacemos nada por Gray con esta violencia”. También pidió a los más jóvenes que se fueran a casa. Desde el terreno, lo hizo el legislador por Baltimore Elijah Cummings que rogó a los manifestantes que se dispersaran.
El toque de queda, que se extiende hasta el 4 de mayo, se aplica para todos los ciudadanos, excepto servicios de emergencia. Los negocios ‘no esenciales’ suspenderán sus operaciones entre las 10 y las 5, incluidos restaurantes, locales de entretenimiento, bares… los que trabajen en otros servicios esenciales deberán disponer de ID con foto y un documento del empleador que certifique que tiene que trabajar durante el toque de queda.
Mientras el lunes por la noche se acuñó el hagstag #disturbiosenBaltiore, que estuvo entre los más utilizados. Este martes, el puesto se lo ha arrebatado #Baltimore se levanta.
Está por ver si como el Ave Fenix renace de las cenizas de los numerosos incendios de lunes. Por lo pronto, los destrozos del lunes que han dado la vuelta al mundo han llamado la atención sobre la situación que vive buena parte de la población. Más allá del problema racial que persiste en EEUU, en esta ciudad se combinan otros factores relacionados con variables económicas y educativas.
El presidente Barack Obama insistió esta mañana, en su primera referencia pública sobre lo sucedido en Baltimore, en que „no hay excusa para la violencia que vimos”, en referencia a los disturbios y saqueos del lunes. El presidente pidió que se preste atención a estas comunidades quebradas -por falta de oportunidades y recursos-siempre, no sólo „cuando se queman CVS o cuando se dispara a un joven”, si de verdad se quiere trabajar en una solución.
Forrás: http://www.elmundo.es/internacional/2015/04/29/55404cff268e3e386d8b456d.html