Los jugadores del Granada celebran la permanencia tras empatar con el...

Los jugadores del Granada celebran la permanencia tras empatar con el Atlético. EFE

EDUARDO J. CASTELAO Madrid

Actualizado:23/05/2015 21:19 horas

Al final todo quedó como estaba, pero fue una tarde ciertamente divertida durante media hora. La que transcurrió entre el 0-1 del Sevilla en Málaga -para entonces iba empatado el Almería-Valencia- y el tanto con el que Paco Alcácer resolvía el entuerto en el que se metió el equipo de Nuno en su visita al Juegos del Mediterráneo. No hubo emoción, ninguna, en la defensa de la tercera y de la séptima plaza. Ni el Atlético, de paseo en Granada, ni el Athletic, contundente ante el Villarreal, dejaron opciones a sus perseguidores, que pasaron la tarde sabiendo que no los alcanzarían. [Así vivimos la jornada]

Amistad en Granada.

Se veía venir. Al Atlético, un punto le daba la tercera plaza. Al Granada, en condiciones normales, también. Y esas condiciones normales se dieron durante casi toda la tarde, salvo algún momento en el que el Almería le iba ganando al Valencia. Pero eso fue poco tiempo, así que, con los resultados de cara, y la sensación de que cualquiera de los dos que lo necesitara conseguiría un gol si al otro no le perjudicaba, lo cierto es que el partido en el Nuevo Los Cármenes resultó, a ratos, sonrojante. Ninguno de los dos equipos quiso ni por lo más remoto buscar la portería contraria. Fue un parece que quiero pero en realidad no quiero. Así que si uno no buscaba al otro, el otro no buscaba al uno. Se repartieron la posesión (51-49) y mientras que el Granada no tiró ni una sola vez entre los tres palos, el Atlético lo hizo una, pero casi mejor ni mencionarla, porque las estadísticas a veces también mienten. Así cerró el equipo de Simeone una temporada que se le ha hecho larguísima.

Montaña rusa en Almería

Al Valencia no se le ha notado que no ha jugado competición europea en todo el curso -y que además quedó fuera de la Copa del Rey a las primeras de cambio-. Tampoco ha sido un ramo de virtudes en este final de temporada, donde ha estado a punto de dejarse el objetivo para el que partió y donde ha habitado todo el año. Se puso por debajo en el marcador hasta dos veces (1-0 y

2-1) y tuvo que remar hasta casi el final para salvaguardar la cuarta plaza, que por cierto le coloca como cabeza de serie en el sorteo de la ronda previa de Champions, evitando la opción de cruzarse con equipos como el Manchester United.

Con la baja de André Gomes y muchos más nervios de lo habitual, el grupo de Nuno remontó primero por medio de Otamendi (sexto gol en la Liga) y después de Feghouli, un gol trascendente porque era justo al borde del descanso. Después, en la segunda parte se lesionó Diego Alves, y no tiene buena pinta la lesión que se produjo en su rodilla izquierda en un saque de puerta. No iban bien las cosas para el Valencia -el Sevilla ganaba en Málaga a esas alturas- y en un balón largo que cazó Alcácer previo fallo de un defensa, a 10 minutos del final, vio la luz. Terminó agobiado, eso sí, por la expulsión de Parejo al final.

Con la punta de los dedos

Esos mismos 28 minutos que estuvo el Valencia fuera de la Champions estuvo dentro el Sevilla, que hubiera coronado una temporada soberbia con esa cuarta plaza. No es un drama el quinto lugar, pues el próximo miércoles, si sale campeón de la UEFA Europa League, jugará la Liga de Campeones y habrá cinco equipos españoles en esa competición. Y tiene pinta de ganarla, porque estos dos últimos meses del equipo de Emery han sido soberbios. Termina el año con el récord absoluto de puntuación de toda su historia (76). Se llegó a poner 0-3 con tantos de Reyes, Banega y Aleix Vidal, y se mantuvo en su sueño de la cuarta plaza hasta el tanto de Alcácer. El Málaga, que peleaba remotamente por la séptima plaza, se acercó en el marcador con dos goles de Javi Guerra. Insuficiente.

‘Búnker’ San Mamés

Fue una tarde redonda en el campo del Athletic de Bilbao, que finalmente será quien ocupe la plaza que da acceso a la Europa League. Ese séptimo lugar, después de Sevilla y Villarreal, da billete a Europa. Además, era la despedida de Andoni Iraola, uno de los mayores iconos rojiblancos en las últimas décadas. Se fue, además, anotando el segundo de los cuatro goles con los que el equipo de Valverde, renovado un curso más, se agarró a la plaza alcanzada la semana pasada, sin opciones para todos los que venían detrás. Cierra así una temporada irregular, que se inició en la Champions y termina en la Europa League.

Forrás: http://www.elmundo.es/deportes/2015/05/23/5560d2c0268e3e45288b4572.html