Coronación agónica para Contador

Contador celebra la victoria en el podio de Sestriere. LUK BENIES AFP

El ‘sterrato’ es un firme infiernal. Una especie de tierra prensada con infinitos baches que martirizan a la larga lista de corredores que ascienden a Finistre, la cima Coppi, el pico más alto del Giro: 2.178 metros. Los últimos 8 kilómetros, sin asfalto, son una brutalidad, un escenario idóneo para emboscadas „Un puerto con mayúsculas”, avisaba Alberto Contador.

Un lugar donde los aspirantes a destronar al madrileño presentaron batalla en una zona de rampas y curvas cerradas en las que mantener la verticalidad era un milagro, con la molestia añadida de la polvareda levantada por motos y coches. En las paredes más pronunciadas, a falta de cuatro para la cima, saltó el bravísimo Mikel Landa. Con un acelerón sostenido dejó clavado a Contador, que, nuevamente contó con la colaboración de Hesjedal y Kruijswijk. Impagables servicios del canadiense y holandés durante los primeros momentos de crisis, con Aru y Rigoberto Urán como espectadores privilegiados. El italiano estaba muy pendiente del ataque de su compañero porque el segundo puesto estaba en peligro. A falta de un kilómetro, el madrileño se descolgó del grupito para afrontar un ascenso en solitario y agónico. Interminable el último tramo de tierra para un líder desconocido, perdido en su hábitat natural.

Con facilidad abrió hueco el vasco, que trepaba en búsqueda del fugado Zakarin. El vitoriano coronó la cima Coppi con 30 segundos de ventaja con Hesjedal y con 1.27 con el pinteño.

El descenso hasta las faldas de Sestriere (puerto de tercera categoría) fue trepidante, con el fugado desbocado y Contador incapaz de contactar con el grupito que le precedía. A falta de 15 kilómetros cedía 1.37 segundos, una docena menos a falta de 10 kilómetros.

Landa volaba, pero su director, Giuseppe Martinelli, ordenó que disminuyera el ritmo para ser cazado por Fabio Aru. Otra vez Landa (humillado) ejerció de gregario del ídolo local, que se escapó para lograr su segunda etapa consecutiva. Contador perdió 2.25. Una derrota dulce porque lo importante que le sobraban dos minutos para seguir liderando la clasificación. Para reconquistar el Giro.

Una ronda en la que Alberto Contador ha dominado, pero con un sufrimiento inesperado en la última jornada. Una carrera estresante, fabulosa, que apenas ha contado con un par de jornadas plácidas, el resto han sido citas cargadas de estrés. Con ataques, caídas, contratiempos y averías mecánicas. El líder se cayó y se lastimó el hombro izquierdo, a pesar de ello no perdió. No ganó ninguna etapa, pero fue el indiscutible referente, con Mikel Landa (la revelación) como protagonista invitado, con dos valiosísimas victorias en emblemáticas cimas: Madonna de Campiglio y Aprica.

Al madrileño sólo le resta el paseo triunfal de mañana desde Turín a Milán para adornar su rico palmarés con su segundo Giro, el primero fue el 2008. La edición de 2011 se la arrebataron por la sanción del positivo por clembuterol.

Forrás: http://www.elmundo.es/deportes/2015/05/30/5569d8c9ca474175048b4581.html