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El estadounidense, proclamado campeón en una decisión unánime de los jueces
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Money sigue invicto (48-0), a sólo una victoria de la marca del mítico Rocky Marciano, en un combate del siglo con más glamour que espectáculo
Mayweather con los cinturones de campeón. Mark J. Rebilas REUTERS
Actualizado: 03/05/2015 08:34 horas
„Tendido sobre la lona, el Gran Alí cantó a la bruma espesa del desastre, con la mirada de muerte y viudez en su rostro. Fue, entonces, como si el espíritu de Harlem y los muertos de Vietnam vinieran en su ayuda para mantenerlo en pie”. [Norman Mailer] Si el primer Ali vs Frazier fue un combate, a esto habrá que llamarle boxeo-esgrima, usted page la millonada y después… ya veremos.
Son las nuevas matemáticas del boxeo, ya convertido en esgrima con Míster Money, la calculadora total. Debe de ser que los jueces están hechizados con su fábrica de dólares más que la combativa, porque Mayweather no necesitó ni un solo alarde para que los espíritus del dinero le mantuviesen invicto en una decisión unánime que no debió de ser tan clara, en un combate del siglo que patentó el timo de la estampita por lo raquítico del espectáculo, con los dos mejores libra por libra muy lejos de sus poderes. Hasta hubo un juez, el señor Burt Clemens, que entregó una tarjeta de 118-110 porque debió de anotar sus millonarios suspiros -y hasta los de Paris Hilton- como golpes, también sus pasos atrás, y hasta sus agarrones.
Los datos de Compubox corroboran el triunfo del divo sobre el filipino: Conectó el 34% de los golpes que lanzó (148 de 435), muchos a la contra, mientras que Manny Pacquiao sólo el 17% (81 de 429). Algo que se repitió en los jabs (25% a 9%) y en los directos (48% a 27%). Lo peor no fue la escasa producción de impactos, sino lo ridículo del espectáculo para la mayor bolsa de la historia del deporte. Freddie Roach, el gurú, aún no ha descifrado los enigmas del nuevo boxeo, ese que practica el divo de Grand Rapids. Eso está claro.
No fue el mejor Money ni de lejos, ni infinitamente el gran Pacquiao, ni en sueños el torbellino, el ventilador presionante que fue, pese a que llevó más la iniciativa. Pacman iba de farol total cuando prometió 1000 golpes; parece que sus ventiladores de antaño están fundidos, ni siquiera se quedaron en la mitad. El mayor contribuyente de la historia de su país dejó escapar la inmortalidad. Los otros dos jueces dieron 116-112 para colmar el 48-0 de Mayweather que le pone a tiro al invicto de Rocky Marciano (49-0). Desde luego, el fenómeno de Grand Rapids no sólo es el Houdini del boxeo, sino que si se empeña en vender su nueva ciencia boxística al planeta Marte lo conseguirá. Ya son unos 1.000 millones en su carrera de PPV. Otra cosa es el espectáculo que se ofrece… Mediocre en el evento más exclusivo de la historia del deporte.
Y se pondrá chuleta, con gorra y camiseta, y dirá que es TBE (The Best Ever) y muchos recién ‘reconvertidos’ con sus exhibicionismos se lo creerán. Mejor que visionen siquiera un par de ataques, unos bailes de asalto de Sugar Ray Robinson, el original, que en 90 peleas llevaba una derrota, una sola derrota, ante LaMotta, y el resto, la mayoría, exhibiciones. También unos asaltitos del mejor Ali, algunos de los intercambios entre Hearns y Hagler y se determinará que lo que se practicó anoche en Las Vegas fue el boxeo más táctico que la propia ajedrez, más esgrima que otra cosa. Es lo que hay, y una cantidad indecente de millones en el ring, que es lo que cuenta.
Pacquiao no necesitó de su zurda para que Mayweather reculara, lo hizo solo.